jueves, 7 de abril de 2016

En hospital de Tamayo trabajan con “ayuda de Dios”

                           En el hospital faltan desde sábanas hasta ambulancia.
 Los colchones están rotos, las cunas oxidadas, no hay sábanas para colocarles, y en las paredes despintadas y sucias hay unos clavos que empleados colocaron para sostener los sueros que tuvieron que comprar familiares de los internos para hidratarlos.

Allí no hay cardiólogos, ni gastroenterólogos, tampoco cirujanos, ahora es que tienen una pediatra que consulta tres veces a la semana, visita los internos y trabaja en emergencia.
Una recién enviada médico familiar enviada recientemente de la capital hace el trabajo cuando ella no está.
Así de deficiente está el hospital municipal Julia Santana, del municipio Tamayo, en la provincia Bahoruco, donde al parecer las reformas del sector salud que se iniciaron en el 2000 no han llegado.
Las enfermeras hablan de las precariedades sin tapujos, se les pregunta y responden, y hasta hacen revelaciones de experiencias personales, pero cuando se les preguntan sus nombres, se sonríen y responden: usted puede ver todo y le contesto todas sus preguntas, pero mi nombre no se lo puedo decir, porque mi familia vive de este trabajo, y no quiero tener problemas.
De esa manera, cuentan que el hospital carece de equipos de rayos X, ni pensar en un sonógrafo, cuando en el centro de salud faltan nebulizadores.
Sólo existe un aparato en el área de emergencia, el cual comparten con los pacientes ingresados con problemas respiratorios.
“Nos hemos visto aquí en situaciones que hasta con los bombillitos de los celulares tenemos que medicar”, dijo la enfermera.
Cada sala tiene un bombillo de baja intensidad que apenas les permite ver el medicamento que le suministran a los pacientes.
La visita al centro fue pasadas las 5:00 p.m., y no había autoridades. De hecho se informó que la directora estaba de licencia médica, y quien la sustituye se había marchado.
El hospital cuenta con tres ginecólogos, pues es alta la tasa de parto, la mayoría de extranjeras haitianas que llegan sólo a dar a luz, sin analítica y muchas veces tienen que referirlas al centro asistencial de Barahona, porque necesitan estudios especiales o intervención quirúrgica de urgencia, y en Tamayo no hay anestesiólogo disponible.
Personal escaso
Hay un anestesiólogo nombrado, pero asiste un solo día al hospital.
Hay veces que una enfermera tiene que hacer trabajos que no le corresponden o tiene exceso, y entre ellas surge sin respuesta la pregunta ¿cómo usted le va a dar una calidad de servicios, mientras usted está trabajando con 15 pacientes usted solo, como cuando ocurren esos brotes que hay que acostar hasta a dos pacientes en una cama?
Son cinco enfermeras por turnos y son tres los horarios, entonces cuando a una le pasa un problema, tienen las demás que encargarse del trabajo de la que falta.
Pinchada
El traslado de pacientes a otros centros sanitarios de la zona o del Gran Santo Domingo debe hacerse en transporte público, salvo excepciones de algunos que tienen sus propios vehículos.
En la parte frontal hay una ambulancia que el menor daño que se observa son las cuatro gomas vacías hasta llegar al suelo.
“Cuando se presentan esas embarazadas que llegan con labor de parto, si vienen con anemia se refieren, porque les puede dar una preeclampsia o cualquier otra complicaciones de salud, y hay que evitar que se muera y lo hacemos, porque no contamos con los medios para hacerlo”, revela una enfermera.
Hay escasez de catéteres en el área pediátrica, que les obliga a pedirle a los padres comprar la sonda que guía el líquido al cuerpo.
Jordana Pineda, madre de un niño interno, dijo que tuvo que comprar el suero y los materiales gastables que necesitaba ese día su hijo con fiebre, vómito y diarrea. También compró un jarabe.
En el hospital trabajan con ayuda de Dios y de los familiares de los enfermos, coinciden más de una de las enfermeras.
A pesar de las reformas que se han hecho en el sector salud, las deficiencias que persisten indican que sigue siendo inoperante.
Las consultas son en las mañanas, y los pacientes casi no asisten a las Unidades de Atención Primaria (UNAP), porque prefieren ir al hospital con la esperanza de que hayan enviado un nuevo especialista.
Datos geográficos
Tamayo pertenece al sur profundo, y tiene una población superior a los 11 mil habitantes.
Su economía es de tipo agrícola y de remesas de una parte importante de su población que emigró al extranjero, sobre todo a Europa, a principios de la década del 90.
Hasta hace algunos años contaba con siete clínicas rurales y el hospital municipal.
El perfil epidemiológico está fundamentado en enfermedades de tipo respiratorio y gastroenteritis, esto último por las contaminaciones que ha sufrido el río Yaque del Sur que abastece el acueducto municipal, producto de las inundaciones provocada por fenómenos naturales y la mala práctica de sus habitantes.

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