
La ciudad de Sao Paulo en Brasil reacciona de forma inesperada. Al caminar por algunas de sus avenidas, entre el tránsito citadino, se escucha de repente el estruendo de lo que parecería ser una bengala
. A seguidas, desde las edificaciones empiezan a asomar banderas y a escucharse el sonido de cucharas golpeando calderos. Se suman algunos conductores tocando las bocinas de sus carros y pequeñas cornetas a color. Entonan junto a transeúntes gritos de protesta en contra de la presidenta Dilma Rousseff.
Los ánimos de los manifestantes se exacerbaron luego de la noticia de que el expresidente Luis Inacio Lula da Silva fue nombrado ministro de la Presidencia, un cargo que le permitiría evadir la justicia ordinaria por las acusaciones de corrupción en su contra.
Lula fue juramentado hoy en dicha posición pero posteriormente el juez federal Itagiba Catta Preta Neto ordenó la anulación de manera cautelar del nombramiento.
La divulgación ayer de un audio de una conversación entre Rousseff y Lula sobre el reciente nombramiento contribuyó al malestar de los manifestantes que, reunidos en la avenida Paulista, centro de las operaciones empresariales y financieras de Sao Paulo, amenazan con permanecer en la vía hasta tanto la Presidenta renuncie.
Ricardo Acude es uno de los protestantes. Cubierto con la bandera brasileña, afirma que no se irá del lugar hasta que Dilma dimita.
“Este es uno de los gobiernos más corruptos de toda la historia del país. Siempre hubo corrupción, pero nunca tanta como ahora”, comenta a Diario Libre en un limitado español.
Alexandro Gómez también procura la renuncia de la Presidenta. “El pueblo brasileño ya no aguanta más. Somos el país que más impuestos paga pero nunca tenemos retorno”, afirma.
Se queja de la baja inversión del Gobierno en temas de salud y educación.
A la protesta se suman personas de todas partes. Fernando Henrique viajó más de cuatro horas desde Manaus, en el Amazonas, para ser parte de las manifestaciones. Su vuelo le costó 800 reales (unos 10,000 pesos dominicanos) y además paga hospedaje en un hotel.
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