jueves, 31 de marzo de 2016

Lakers ganan ‘in extremis’ a Heat, en el partido mas difícil de D’Angelo Russell

                            
Victoria de Los Angeles Lakers, en su Staples Center más púrpura, ante los Miami Heat, en lo que supondría elúltimo cara a cara en una pista de Kobe Bryant y Dwyane Wade. Encuentro marcado por la gran reacción de segunda mitad de los californianos, en su encuentro más complicado de la temporada, por motivos extradeportivos.

La previa deportiva pasó inadvertida en este último Wade & Kobe. Más allá de la lucha por los Playoffs en el Este de los Heat, o el puesto de colista en el Oeste de Lakers, todo se traducía, en la antesala del encuentro, en una sola cosa, la nueva polémica del vestuario de Lakers.
De nuevo, las redes sociales serían el gran quebradero de cabeza de los de púrpura y oro. Todo empezaría en elsnapchat de D’Angelo Russell, el cual subiría un vídeo de Nick Young hablando de otras mujeres, que nada tendrían que ver con su pareja actual. Esto creó un malestar general, no solo en la relación D’Angelo – Nick, no solo D’Angelo – vestuario, sino también, D’Angelo – Staples Center.
Dicho conflicto llevó a Russell pidiendo perdón públicamente a todos, lo que no evitó que su cancha, el Staples Center, fuese un hervidero contra el jugador más prometedor de los de LA. Tanto en la presentación del jugador, como cada vez que tocaba la pelota, en esa primera parte, como en sus primeras canastas, Russell sería silbado por los suyos. O lo que es lo mismo, toda una nueva bomba de relojería en el vestuario de Byron Scott.
Centrándonos en lo deportivo, el encuentro no se supo separar del gran problema de la noche hasta el final de la primera parte. Poco importó la rivalidad final entre Wade & Bryant, los silbidos a Russell fueron constantes en el inicio, y eso influyó en el mal inicio de los locales, que no supieron competir en la primera parte.
Los Heat aprovecharon su momento, y fueron haciéndose poco a poco con el encuentro, hasta un diferencial al descanso de +7. Parecía que los de Miami tenían claro que la victoria en su visita al colista del Oeste debía ser segura, una más para seguir luchando por un buen puesto en los próximos Playoffs por el título en el Este.
Pero tras el descanso, el cambio. El ambiente en el Staples dio la vuelta, rotundamente, y con esta tregua ante su mayor perla, los de LA crecieron en su rendimiento, y dieron la vuelta a un encuentro que parecía imposible, en un primer momento. Ya con Kobe fuera del encuentro, apenas nueve minutos por sus problemas físicos, los californianos tiraron de sus mejores jóvenes para ir a por el partido.
Con el encuentro igualado, ya en el último cuarto, ni Lakers ni Heat supieron desmarcarse del rival en ese cuarto periodo, dando paso a una prórroga que dejaría hacer las paces con los suyos a un Russell en ese último suspiro de partido, encontrando Lakers una nueva victoria en LA.
Allí, en la prórroga, y más que nunca, los púrpuras se abrazaron de sus hombres más jóvenes. Cuando la pelota más quema, las perlas púrpuras demostraron personalidad, así, Clarkson anotaría 6 puntos, Russell 5 puntos, y Randle encestaría la última canasta del encuentro que daría la victoria final a los californianos.
En lo individual, los Heat tendrían a Luol Deng, con 22 puntos y 11 rebotes, Dwayne Wade, con 26 puntos, 10 rebotes y 5 asistencias, y Hassan Whiteside, con 18 puntos, 17 rebotes y 7 tapones, a sus mejores hombres. Pero el desacierto exterior, sobre todo en el tiro de 3, sería un lastre que acabarían pagando muy caro.
En el lado púrpura y oro, el de la victoria, Jordan Clarkson fue el gran sustento de la noche angelina, firmando 26 puntos y 6 rebotes, seguido por un nuevo doble doble de Julius Randle, que además metería la canasta ganadora. A los que seguiría el gran protagonista de la noche, un D’Angelo Russell, que iría de menos a más, para firmar 16 puntos y 4 rebotes.
Fue una noche de clavos ardiendo, donde los Heat encontrarían una derrota inesperada doblemente, y donde los Lakers, y sobre todo, D’Angelo Russell, encontraron el mejor vehículo conductor para el perdón, una victoria de púrpura y oro.

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